En el total del abandono la Glorieta de los Insurgentes, que solía ser un punto de encuentro para los capitalinos, se convirtió en un basurero de inseguridad, pues durante los últimos meses se ha registrado el robo a transeúntes, aunado a la venta y consumo de drogas en el lugar que, irónicamente, se encuentra a un costado de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México.