Por ROBERTO MELENDEZ S.
Ante el temor fundado de que la advertencia de monseñor Eduardo Cervantes Merino de que a su cada entraría la maldición por las acciones delictivas que realizaba, arrepentido y temeroso asaltante en carreteras de Puebla y Veracruz, regresó al prelado el anillo de oro que le fue entregado como Obispo de Orizaba, robado a principios del pasado mes de abril en la carretera Córdoba-Orizaba.
De acuerdo al Obispo auxiliar de Xalapa, José Rafael Palma Capetillo, la alhaja, cuyo valor comercial no fue revelado, fue entregada al Obispo de Puebla, Víctor Sánchez, quien a su vez lo devolvió a Cervantes Merino, quien el tres de abril, en un asalto registrado en la citada vía, a la altura de Cumbres de Maltrata, había advertido ladrón que en su casada entraría una maldición.