Al menos ocho personas murieron, entre ellos una niña de 8 años, y más de 2.800 resultaron heridas este martes, tras la explosión en cadena de bípers o localizadores que estaban en manos de miembros del grupo chiita libanés Hezbolá en varios puntos del Líbano, informó el Ministerio de Salud Pública. De los heridos, unos 200 se encuentran graves.
El titular del ministerio, Firas Abiad, precisó que la mayoría de los heridos sufrieron daños en la cara, las manos o el abdomen. Hospitales de todo el país recibieron grandes cantidades de víctimas a partir de las 15:30 horas, todas ellas a raíz de la detonación de los localizadores. Poco más tarde Hezbolá confirmó que “una serie de aparatos de mensajería conocidos como ‘localizadores’, que están en posesión de varios trabajadores en diferentes unidades e instituciones” de la formación habían estallado.