Por Karina A. Rocha Priego
Hay decepción, dolor, pero sobre todo incertidumbre, luego de que la 4T, como tal, logró su objetivo. Acusan al Magistrado Alberto Pérez Dayan ¡de traidor!, tras romper el bloqueo de los ocho ministros para dar por aprobada la Reforma Judicial que este tanto criticaba, pero, ¿De qué se espantan, queridos lectores? ¿Acaso se les ha olvidado que, en México, todo tiene un precio? ¿A caso se les ha olvidado que el ex presidente, impuso la “ley de la amenaza”? Llamando doblemente la atención que, otro no menos traidor que Pérez Dayan, Alejandro Moreno Cárdenas, sacó a relucir que hay acusaciones en contra de Alberto Pérez Dayan por abuso sexual, hecho que, seguramente, “usaron” como arma para que éste, desistiera de las acciones de inconstitucionalidad en contra de la reforma al Poder Judicial.
Ahora, los mexicanos tendremos que tratar de “sobrevivir” a la abusiva y fraudulenta “Reforma Judicial” que corona una larga lista de cambios constitucionales también efectuados al vapor y por la fuerza, que crean incertidumbre y temor en los inversionistas.
Y si a eso le sumamos la arrolladora victoria electoral de Donald Trump sobre la Presidencia de los Estados Unidos, el Senado y Congreso, y que éste ha puesto en la mira y sobre aviso al régimen morenista de Claudia Sheinbaum, al amenazarle con imponer aranceles y cerrar la frontera con México, si el régimen no cambia sus políticas de tolerancia hacia la violencia y el tráfico de drogas, México ¡está perdido!.
Solo resta esperar las consecuencias de ambas situaciones, principalmente en lo que al ámbito económico se refiere pues, seguramente habrá efectos drásticos derivados de éstas.
Lo primero que nos espera, sin lugar a duda, el alza al precio del dólar y, por consiguiente, los precios de casi todo lo que se importa o exporta; además subirán las tasas de interés, haciendo menos rentable invertir en México y las inversiones -como ya está sucediendo en Texas- se reubicaran hacia USA, donde es más fácil invertir, ya que hay menos obstáculos regulatorios. Más rentable invertir, por el tamaño de mercado y costo de capital. Más seguro invertir, porque existe un real estado de derecho que da certeza a las inversiones de largo plazo.
No debemos olvidar que, en lo que a Donald Trump se refiere, éste viene “reforzado en su odio” contra México y los migrantes que, dicho sea de paso, no todos son mexicanos; sin embargo, las amenazas lanzadas a la administración de Claudia Sheinbaum, no deben echarse en saco roto, reconociendo, sobre todo, que México es “chiquito” al lado de nuestro vecino país del norte y, no es hacer menos a nuestro querido México, pero las cosas hay que decirlas como son, no podemos enfrascarnos en una guerra que nacería ¡perdida! Aunque claro, la administración federal como tal, no pierde, pierden los mexicanos.
Por lo pronto, también tenemos encima los ojos del mundo ante el reciente ¡asesinato! del Poder Judicial de la Federación donde, no es que haya “ganado” la 4T pero sí las amenazas lanzadas contra los magistrados y ¡cayó el primero!, Roberto Pérez Dayan por las supuestas denuncias en su contra por abuso sexual, pero eso, es lo de menos, lo demás es que ¡se acabó la división de poderes y los derechos individuales dejaron de estar garantizados por la Constitución. La Carta Magna sufrió serias mutilaciones, y no habrá amparo, replica o revisión que pueda corregir los abusos del poder. Se acabaron los derechos humanos -de por sí ya lacerados desde la anterior administración federal-, como argumentaron el pasado martes, en una sociedad donde no están garantizados los derechos y no hay separación de poderes, “no hay Constitución”.
Que poca memoria de la historia tienen las autoridades federales que se han apoderado del país, sus instituciones, y han borrado de un plumazo la importancia de los Tres Poderes de la Unión, haciéndolos “uno solo” para beneficio “de unos cuantos”.
Resulta incongruente que la pagina gubernamental, hable de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, como un cimiento de la democracia, ésa que hoy, ha sido borrada para tomar “nuevos rumbos”, distantes completamente de las libertades de los mexicanos.
Y así la describen: Constitución de 1917; los cimientos de la democracia
La configuración de nuestra Constitución tal como la conocemos deviene de un proceso histórico que es resultado de demandas y revoluciones sociales.
Tras la llegada de Porfirio Díaz al poder y su permanencia en la presidencia por más de treinta años, se desató un levantamiento social que se oponía a su dictadura y que dio a luz a la Revolución. Con la promulgación del Plan de San Luis despertó el movimiento armado que buscaba derrocar su mandato y que explotó el 20 de Noviembre de 1910. Ante el estallido social y la inminente derrota, en mayo 1911 el presidente Díaz presentó su renuncia y se exilió en Francia.
En octubre 1911 se realizaron elecciones y resultó vencedor Francisco I. Madero; fue traicionado mediante un golpe de Estado orquestado por el general Victoriano Huerta y asesinado junto al vicepresidente José María Pino Suárez en febrero 1913.
Venustiano Carranza desconoció la presidencia del llamado usurpador y lo derrocó con el Ejército Constitucionalista, un movimiento armado de la Revolución.
Al convertirse en titular del Poder Ejecutivo convocó a la creación del Congreso Constituyente de Querétaro para reformar la Constitución de 1857, la cual había sido modificada en múltiples ocasiones por el gobierno de Díaz para adaptarla a su proyecto de nación, entre estas modificaciones se encuentra la reelección y la ampliación del periodo presidencial.
Así fue acuñada la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, la cual está vigente y se conforma por 136 artículos. En ella se recogieron demandas de los grupos que se levantaron en armas durante la Revolución. Además de incluir los “derechos del hombre”, se abordaron los “derechos sociales”, se decreta la no reelección, se ratifica la soberanía y la organización federal, se instauran la libertad de culto y de expresión y la enseñanza laica y gratuita.
Hoy, habrá que esperar a conocer a fondo la Reforma Judicial y cómo, de la Constitución Política de México, se empezarán a borrar artículos que “ya no van”, que ya no son “libertad” y mucho menos “democracia”.
Tiempo al tiempo…