La nueva directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, ha hecho saltar las alarmas entre los responsables de seguridad de EE. UU., pues se le considera cercana a la visión del presidente ruso Vladimir Putin, en especial en el caso de la guerra contra Ucrania.
El día después de que Vladimir Putin iniciara una invasión a gran escala en Ucrania en 2022, Gabbard culpó a Estados Unidos y a la OTAN de provocar la guerra al ignorar las preocupaciones de Rusia en materia de seguridad.
Desde entonces, ha insinuado que Estados Unidos trabajó encubiertamente con Ucrania en patógenos biológicos peligrosos y que fue culpable del bombardeo del gasoducto Nord Stream de Rusia a Alemania en septiembre de 2022. Fiscales europeos y funcionarios estadounidenses afirman que el sabotaje fue llevado a cabo por agentes ucranianos.
Los comentarios de Gabbard le han valido duras críticas de funcionarios de todo el espectro político de Washington, que la han acusado de repetir como un loro la propaganda antiestadounidense de los adversarios del país. Sus comentarios también la han convertido en la favorita del vasto aparato mediático del Kremlin y, más recientemente, del presidente electo Donald Trump, quien la semana pasada la eligió para supervisar las 18 agencias y departamentos de inteligencia del país.
