Por Tanya Acosta-Raúl Ruiz/Reporteros.
El especialista en narco, Manu Ureste, explica cómo los políticos, madres buscadoras, maestros, periodistas y hasta personas que se unen a autodefensas son parte de las consecuencias del poder de los grupos delictivos y quienes han encontrado formas de, alguna manera, sobreponerse y hasta aprender. Y es que la violencia generada por el crimen organizado afecta no solamente a las víctimas, sino también a las personas cercanas a las mismas. “El crimen organizado nos está arrebatando la vida cotidiana a los mexicanos, porque efectivamente no solamente es que los arrebata la vida a tiro, sino que nos arrebata nuestra vida como la entendemos cuando desaparece una persona”.