Por Karina A. Rocha Priego
Estamos a unos cuantos días de que concluya este 2024, y las “sorpresas no cesan”, bueno, en realidad ya nada es sorprendente en el Estado de México, como el que las autoridades federales y estatales, hayan anunciado, ¡con bombo y platillo!, el operativo u operación Atarraya que, en coordinación con elementos de las fuerzas federales y estatales, llevarían a cabo este fin de semana, cuyo propósito era combatir la operación de chelerías y bares clandestinos en 27 municipios de la entidad, y clausurar los que operan fuera de la legalidad, poniendo en riesgo la salud de los habitantes al no cumplir con normativas sanitarias, además se busca eliminar las actividades ilícitas relacionadas con la venta de alcohol a menores de edad, el tráfico de sustancias prohibidas y el incumplimiento de normativas locales.
Y así fue. Desde las primeras horas de la noche del viernes, arrancó la Operación Atarraya -pesca-, la cual, dicen, dio inicio desde la masacre ocurrida en el bar Bling Bling, en Cuautitlán Izcalli donde murieron seis personas y, este fin de semana, al menos 175 centros cheleros, bares y antros fueron asegurados, así como la detención de 26 presuntos delincuentes, ya que, se presume, hallaron indicios que vinculan al crimen organizado con algunos establecimientos, en los cuales se habrían relacionado con los propios empleados para vender drogas y alcohol robado.
Sin lugar a duda, al interior de bares, chelerías y antros, se han dado casos bastante vergonzosos pues ahí, podrían cometerse delitos desde trata de personas, prostitución, venta de drogas, secuestros y hasta crímenes, como los suscitados en Cuautitlán, Querétaro y Tabasco, entre otros.
Sin embargo, pese a los delitos que se cometen o pueden llegar a cometer en esos lugares, se sabe que algunos de estos lugares, se encuentran bajo las órdenes del crimen organizado y en otros casos, son lugares obligados “a pagar piso” al crimen organizado, por tanto se convierten en “intocables”, incluso, de las autoridades que, en muchos de los casos, se vuelven “cómplices” pues también salen ganando.
Sin embargo, a pesar del cierre de 175 establecimientos, como lo publicó la autoridad ministerial, podemos decir que fue un ¡gravísimo error!, dar a conocer la operación antes de llevarla a cabo, pues un importante número de establecimientos, cerraron sus puertas este fin de semana, con el fin de no ser investigados o, tal vez, para proteger a sus clientes pues, si de antros hablamos, los clientes asiduos son generalmente jóvenes que buscan un espacio de esparcimiento en fin de semana.
Pero, estarán de acuerdo, ¿Quién nos dice que, de los que cerraron sus puertas este fin de semana, no están involucrados con el crimen organizado? Pues, como ya comenté, algunos están obligados a pagar piso a la delincuencia organizada pero, se dice, otros están siendo manejados ¡por la delincuencia organizada!, como los “table dance” que, no solo cometen el delito de trata de personas, sino que además, manejan drogas y alcohol adulterado, ya no digamos “robado”, sino adulterado, por lo que son lugares que también deben ser revisados, sobre todo cuando, al parecer, muchos de estos, son manejados por las propias autoridades.
Recordemos que, a través de la Operación Atarraya, se invitó a los alcaldes a poner “especial atención” a los bares y cantinas, poniendo como ejemplo, lo sucedido en otros estados donde mucha gente ha perdido la vida y, lamentablemente, la asistencia de menores de edad es cotidiana, por lo que se pide “mayor vigilancia” en esos lugares pero, ¿Cuándo son propiedad o administrados por las propias autoridades? ¿qué sigue?, porque, la que esta escribe, empataría el “operativo Enjambre” con la “operación Atarraya”, para demostrar que ambos vinculan a funcionarios públicos en activo y, es aquí donde nos preguntaríamos, ¿qué harán las autoridades federales y estatales con estos “delincuentes de cuello blanco”?.
Por lo pronto, queridos lectores, las autoridades ¡ya están haciendo algo!, por mantener un cierto control para dar seguridad a los habitantes del Estado de México, y es éste Estado en donde tienen puestos los ojos, tanto autoridades estatales como federales, ¿por qué será?, ¿será que está entre los Estados más peligrosos, más corruptos y más descuidados del país?.
Lo cierto es que algo se está haciendo, esperando que en verdad aseguren a “las cabezas” que están detrás de todos estos lugares y que no solo “detengan a chivos expiatorios” para justificar sus acciones, como suele suceder porque, de la Operación Atarraya llevada a cabo este fin de semana en 27 municipios mexiquenses, la mayoría en Naucalpan, Nezahualcóyotl y Toluca, no solo aseguraron los 175 inmuebles antes mencionados, sino también aseguraron narcóticos similares a la marihuana, cocaína y cristal, así como armas de fuego; además en algunos de estos lugares, había menores de edad a quienes les vendían alcohol, drogas e incluso eran sujetos a extorsiones para obligarlos a consumir y se logró salvaguardar a personas presuntamente víctimas de trata y, lo que ya se presumía, en algunos de los establecimientos estaban involucradas células de la Familia Michoacana y de otros grupos delictivos.
¿Qué tal? Están descubriendo “el hilo negro”, por ello insisto, los mexiquenses esperan que se hagan las cosas como debe ser, que caigan las cabezas que tengan que caer, y que en verdad resguarden la seguridad y tranquilidad de los mexiquenses y que, a partir de estas revisiones, los jóvenes que buscan entretenimiento en antros, chelerías y bares, lo hagan en lugares seguros, registrados y con la seguridad de que ¡no perderán la vida, por “accidente”!, en manos de células criminales que tienen bajo control al Estado de México…