La organización ambientalista Greenpeace emitió un alerta sobre la devastación en la Selva Maya, ubicada en el sureste de México, donde se estima que más de 10 millones de árboles han sido talados como consecuencia de la construcción del Tren Maya. Esta tala masiva ha generado un daño irreparable en el ecosistema y pone en riesgo la biodiversidad de la región.
La Selva Maya es un ecosistema crítico que cubre más de 1.2 millones de hectáreas en México, Guatemala, Belice y Honduras. Es considerada una de las regiones más biodiversas del planeta, con más de 6 mil especies de plantas y animales, incluyendo jaguares, pumas, quetzales y monos arborícolas. La selva también es responsable de la regulación del clima y el ciclo del agua en la región.
La tala de 10 millones de árboles ha generado un impacto devastador en la Selva Maya. La pérdida de este número de árboles ha fragmentado el hábitat de muchas especies animales y plantas, lo que puede llevar a su extinción, también ha alterado los ciclos hidrológicos y afectado la calidad del agua en la región, así como generado condiciones ideales para la propagación de enfermedades y plagas y puesto en riesgo la supervivencia de comunidades indígenas que dependen de la selva para su subsistencia.