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“Alito” Moreno busca permanencia en el PRI

* Le sigue Ana Lilia Herrera en el PRI-Edomex……

Por Karina A. Rocha Priego

Definitivamente ¡NO!, Alejandro Moreno Cárdenas, todavía líder del PRI, no debe permanecer en ese instituto político, no después de los resultados de las dos más recientes elecciones llevadas a cabo en el país; los resultados son responsabilidad de este sujeto que se ha dado a la tarea de “enterrar” al partido tricolor prometiendo que “ahora sí se va a poder”. Bien dicen que “prometer no empobrece”, sin embargo, con o sin ellas, el PRI, desde 2018 ha pasado a ser un “partido, partido”, lleno de viejos rostros, viejas mañas y nulas propuestas y demasiadas promesas sin cumplir.

Sin embargo, mañosamente, Alejandro Moreno se reúne con alcaldes electos del Estado de México en la sede nacional priista, pues sus intenciones son “caer bien” para que apoyen “su permanencia” como dirigente del Partido Revolucionario Institucional.

¿Pero habrán visto tal descaro?, no cabe duda que las prerrogativas que recibe ese instituto político siguen siendo jugosas para este sujeto que quiere seguir colgado del dinero de los mexicanos, pero, peor aún, aquellos que insisten en mantenerlo donde sólo ha habido desgracias, donde, quienes se suponía eran el contrapeso de este señor, ya mejor se fueron a “limpiar los zapatos” de los morenistas, con tal de no seguir “causando penas”. No cabe duda que ¡los rastreros pululan!, en todos lados, en todas las áreas, en todos los sectores de la sociedad, en todas las

Ana Lilia Herrera Anzaldo

instancias gubernamentales y hasta en las empresas, “los limpiabotas” -no lo digo más feo, se los dejo a su imaginación- siempre los habrá para desgracia de muchos.

Pero, además, hemos de comentar que Moreno Cárdenas en esa reunión llevada a cabo en la sede nacional del PRI, estuvo acompañado por Ana Lilia Herrera Anzaldo, líder del PRI en el Estado de México, quien ya se tardó en presentar su renuncia a la dirigencia estatal.

Ella, al igual que Moreno Cárdenas, se agasajan de las prerrogativas del PRI pero, cuando tuvieron oportunidad de alzar la voz y defender a sus candidatos, su militancia y, por ende, su partido ¡recularon!, se hicieron de la vista gorda y prefirieron las críticas y muestras de repudio del pueblo priista -que todavía existe- antes de combatir la que tanto tiempo ellos mismos llamaron “elección de Estado”.

Ni Herrera Anzaldo y mucho menos Moreno Cárdenas merecen seguir dirigiendo al PRI, mucho menos en el Estado de México, bastión priista por excelencia y naturaleza, al cual han ¡destrozado! en las últimas dos elecciones sin que hayan puesto un remedio para ello.

Es más, han sido ambos tan cobardes, que ¡ya se tardaron en expulsar del PRI a Enrique Peña Nieto!, expresidente de México, responsable de la masacre política, social, económica, partidista, que se vive en este país, pues es secreto a voces que Peña Nieto, por no ir a parar a la cárcel promesa de Ricardo Anaya de haber llegado a la Presidencia de México-, lo demás, queridos lectores, ya se lo pueden imaginar.

Enrique Peña Nieto

Hoy, sin embargo, el Revolucionario Institucional difícilmente podrá recuperar lo perdido, ya no. La militancia está enojada, los candidatos perdedores aún más, pero sobre todo, lo que no lograron en las elecciones del 2 de junio, no lo conseguirán en muchos años más. El triunfo de Morena -haya sido o no elección de Estado- ha logrado su objetivo ¡convertir a México en un país socialista! ¿Ustedes creen que quienes apoyan ese sistema, soltarán tan fácilmente? ¡Claro que no!, se dice que la única forma de lograrlo sería con una “guerra civil”, siempre y cuando el Ejército apoyara esa acción, pero, con los cientos de miles de millones que ha amasado el Ejército Mexicano y el poder que ha alcanzado con la administración de Andrés Manuel López Obrador, siendo claros, el Ejército hoy es “propiedad de AMLO”, y con eso, ¿cree usted que lo va a soltar?, pues otra vez, ¡claro que no!, entonces, definitivamente el PRI ¡debe darse por muerto!.

Pero si los dirigentes, candidatos electos, y uno que otro militante insiste en que el PRI puede renacer, es por los recursos económicos que el INE les sigue otorgando “para su manutención”, pero nada más, tristemente así son las cosas, pero les encanta seguir perdiendo el tiempo, antes de reconocer que ¡fueron cobardes y convenencieros antes de defender a su amado PRI!.

Y, por cierto, ahora se corre el rumor que quienes llegarán “como salvadores del tricolor” a México -claro, hasta que concluya la administración de Andrés Manuel López Obrador, son Enrique Peña Nieto y Carlos Salinas de Gortari, ambos expresidentes de México.

Dicen, podrían regresar juntos como “los grandes salvadores de México”, pero estarán ustedes de cuerdo en que, ambos, se autoexiliaron de este país por casos cometidos de corrupción y abuso.

Sabían, sobre todo Peña Nieto, que quedarse en México ponía en riesgo su libertad, decidió irse ¡y llevarse el producto de su saqueo como presidente!, llevando una gran vida, la cual nunca hubiera podido imaginar podría llevar.

Carlos Salinas de Gortari

Salinas de Gortari tuvo siempre como piedra en el zapato a su hermano Raúl, quien, al final de su sexenio, dejó ver todos los “crímenes y abusos que había cometido” a costa de su hermano, el presidente, por lo que, todos los logros alcanzados por Carlos Salinas, se le vinieron abajo, para ser considerado ¡el peor presidente que ha tenido México!.

Regresar ahora sería una verdadera burla para los mexicanos, sobre todo, queridos lectores, cuando desde 2018 no hicieron nada, absolutamente nada, para proteger y defender al partido que les dio tantas oportunidades de ser lo que fueron.

Regresar a México, debe ser considerado como ¡una traición más a la patria!, ya no tienen nada que hacer aquí. Incluso, recuerdo antes del proceso electoral de 2018, se hablaba que Salinas de Gortari apoyaría a José Antonio Meade para evitar un “albazo” tanto de Peña Nieto como de Morena, pero nunca llegó, entonces, ¿cómo para qué tendría que regresar? Peor aún, ¿y Peña Nieto, para qué? A no ser, querido lector, que ambos, o por lo menos Peña Nieto, siga los pasos de “su primito traidor” ¡convertirse en morenista!, para seguir haciendo de las suyas, pero otra vez, desde su país de origen.

Triste realidad política se vive en México y lo que falta…

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