Por Tanya Acosta-Raúl Ruiz/Reporteros.
En su afán por construir imperios de fentanilo, los grupos delictivos mexicanos están recurriendo a una reserva de talento poco habitual: no sicarios ni policías corruptos, sino alumnos de química que estudian en universidades mexicanas. Quienes fabrican fentanilo en los laboratorios de los cárteles, conocidos como cocineros, informaron fuentes confiables. El reclutador del cártel se coló en el campus disfrazado de conserje y luego se centró en su objetivo: un estudiante de segundo año de química. El reclutador le explicó que el cártel estaba reuniendo personal para un proyecto y que habían oído hablar bien del joven. “Nos contaron que eres bueno en lo que haces”, recordó el estudiante que le dijo el reclutador. “Tú dices si te interesa”.