Al igual que los nombres, otra estrategia básica para darle a los huracanes una comunicación adecuada es la de otorgarle una categoría que va del 1 al 5, según la fuerza de sus vientos, en una escala llamada Saffir-Simpson.
Sin embargo, existen científicos que piensan que ésta comienza a quedar obsoleta debido a que las categorías se calculan según la intensidad de los vientos que provocan los huracanes, misma que está cambiando.
La formación de Beryl la semana anterior rompió récords, al ser el huracán de categoría 4 más temprano de toda la historia, algo que los meteorólogos atribuyen a que la temperatura de las aguas ha incrementado, a causa del cambio climático, funcionando como “combustible” para una mayor intensidad.
La escala de Saffir-Simpson clasifica los ciclones en función de la intensidad del viento que generan. Los de categoría 1 tienen vientos de entre 119 y 153 kilómetros por hora; categoría 2, de 154 a 177 kilómetros por hora; categoría 3, de 178 a 209; categoría 4, de 210 a 250 y categoría 5 cuando están por encima de 251 kilómetros por hora, sin un tope hacia arriba.