Excelentísimo Presidente de la República de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; quiero comenzar felicitándolo por su exitosa conducción de los trabajos del G20 y por la iniciativa progresista y justa de la Alianza Global contra el hambre y la pobreza.
Presidentes, primeros ministros.
¿Qué está pasando en nuestro mundo que en tan solo dos años el gasto en armas creció casi el triple que la economía mundial? ¿Cómo es que la economía de la destrucción alcanzó un gasto de más de 2?4 billones de dólares? ¿Cómo es que 700 millones de personas en el mundo aún viven por debajo de la línea de pobreza? Resulta absurdo, sinsentido, que haya más gasto en armas que para atender la pobreza o el cambio climático. Reduciríamos la migración, el hambre, si tan solo elevamos la palabra amor por encima del odio, la generosidad de la persona humilde y desposeída, por encima de la avaricia y el deseo de dominación. Me niego a pensar que somos capaces de crear la inteligencia artificial e incapaces de dar la mano al que se quedó atrás.
Vengo a nombre de un pueblo, generoso, solidario y sabio a hacer un llamado a las grandes naciones a construir y no a destruir. A forjar la paz, la fraternidad y la igualdad. Llámenos idealistas, pero lo prefiero, a ser conformistas.