Las “más de 800 modificaciones” a la Constitución Mexicana, desde 1917, “erosionan su estabilidad y legitimidad”, precisó la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Lucía Piña Hernández.
Al respecto, expuso que las reformas a la Carta Magna son signo inequívoco de permeabilidad constitucional, lo que –desde su punto de vista– tiene dos rostros: la adaptabilidad como un texto vivo, dinámico a las nuevas y emergentes reglas del juego, pero también implica “excesiva flexibilidad” que vulnera sus atributos, como ese “manto protector de certeza, de confianza, de seguridad y, sobre todo, de unión entre las y los mexicanos”.
Durante la inauguración del Sexto Encuentro Jurídico Universitario y la Exposición Jurídica Literaria, la juzgadora también reconoció que la educación universitaria “es un privilegio”, por lo que son pocos los jóvenes que pueden acceder a ella. Ello, a pesar de que se trata de un derecho humano.