La constatación de que la persecución de Trump es una cacería generalizada a los inmigrantes, sin excepción, es la que ha hecho que muchos miren ahora con disgusto (incluso con repulsión) las imágenes de agentes del ICE golpeando y empujando a inmigrantes a carros policiales, o negando a una madre a que recoja las medicinas de su hija con cáncer, antes de ser expulsadas del país.
La encuesta de la consultora Marist reveló que el 56% de los estadounidenses (64% de los independientes) considera que el ICE ha “ido demasiado lejos” en la aplicación de la ley de inmigración, incluso 1 de cada 5 republicanos mostró su disgusto por el uso excesivo de la fuerza.
