Raro es el día que desde algún rincón de la Casa Blanca no se escuche el deseo de Donald Trump de abrir definitivamente la puerta a una intervención en México, ya sea de modo directo o con eufemismos, como “ayuda” o “asistencia militar” en la lucha contra el crimen organizado.
El más reciente turno le tocó a Karoline Leavitt, la portavoz de la Casa Blanca, que ha optado por una inquietante elipsis al ser preguntada sobre hasta dónde están dispuestos a llegar en México.
Ha hablado esta vez de “medidas adicionales”, además de recordar que “es una promesa del presidente al pueblo americano”.
