Sin infraestructura adecuada para medir, almacenar, conducir y sanear el recurso compartido, el acuerdo más longevo del mundo en materia hídrica podría no resistir las presiones del siglo XXI.
Un análisis reciente elaborado por expertos de la Red del Agua de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Centro Regional de Seguridad Hídrica bajo los auspicios de UNESCO y Agua Capital revela que la infraestructura hídrica en la frontera norte enfrenta un deterioro acelerado justo cuando más se necesita: la población crece, el clima se vuelve más extremo y la demanda aumenta en ambos lados de la frontera.
