El Episcopado señaló que una “premisa decisiva para la Iglesia” es que “la dignidad humana no se negocia” y que este valor es otorgado por Dios.
“La dignidad humana no se reclama ni se merece, y pertenece a toda persona más allá de toda circunstancia, estado o situación. Por eso, la vida humana debe ser respetada y protegida absolutamente en todo momento”, destacó el texto, publicado en el órgano Desde la Fe.
