Por Karina A. Rocha Priego
El “ir y venir” de los políticos está a todo lo que da en el Estado de México; hoy están en un partido, mañana en otro y pasado en otro, el chiste es que hay “caras, trayectorias, historias” que, aunque brinquen de un partido a otro, no dejan de ser lo que son y eso es lo que repudia el electorado.
Desgraciadamente, esos “chapulines” no sólo no son garantía de triunfo, sino que si traicionan una vez, lo pueden seguir haciendo toda su vida, de ahí que en el diversos municipios mexiquenses, la militancia morenista ha lanzado ultimátum a las dirigencias nacional y estatal, por pretender imponer como candidatos a “chapulines” remilgos de otros partidos políticos, lo cual está siendo considerado como “una traición” y se sabe, en Morena, lo que menos importa es la militancia, lo que les interesa, realmente, es el poder.
Y es que, en ese instituto político, igual da que vengan del PRI, del PAN, o del Verde Ecologista, pretendiendo estos que ahí “sí lograrán su objetivo de alcanzar el poder público”, pero el elector no es tonto; insistimos en que, el hecho de que un político cambie de partido, no significa que “cambie de costumbres o de mañas”, pero sigue sucediendo.
Pero, ¿sabe usted por qué dejan sus partidos políticos de origen? Pues porque pretextan que en esos que hoy dejan, no les dan nunca la oportunidad que merecen (sic) y, donde los reciben, les prometen esos cargos, aunque no los ganen, la realidad es que, entre partido y partido, lo que “presumen” es el cómo hay desbandada del PRI, del PAN o hasta de Morena, en una afán de “provocar preocupación” cuando, en realidad, el pueblo, el que vota, ya no le interesa esos enjuagues políticos absurdos.
En fin que, a poco de que se den a conocer los candidatos de todos los partidos a contender el próximo 2 de junio en el Estado de México, es que crecen las renuncias y desbandadas, engrosando filas, pero sin garantías de triunfo, ese es un hecho.
Sin embargo, mucho ha llamado la atención la “introducción” de un personaje en la política mexiquense que, si bien no tiene carrera en el servicio público, viene de una familia cuyo padre ya fue gobernador del Estado de México.
Para el PRI, el haber perdido la gubernatura en manos de Morena el año pasado -que no la perdieron, Alfredo del Mazo la entregó en charola de plata-, provocando el descontento de la militancia y de servidores públicos en activo, por lo que muchos que se quedaron con el sentimiento de la traición, por lo que han buscado acomodo principalmente al interior de Morena, pensando (sic) que, por tener el “poder del Estado”, ya lo tienen “todo ganado”, de ahí que gente como el tristemente célebre Eruviel Ávila y su grupito de corruptos, se hayan “sumado” al Partido Verde, comparsa de Morena.
Pero el que “nos brincó”, insisto, fue el hijo mayor del exgobernador del Estado de México, Arturo Montiel Yáñez, quien “ya fue recibido” en las filas verde ecologistas, por el dirigente estatal Pepe Couttolenc Buentello, sumándose a la Cuarta Transformación de Delfina Gómez.
Pero creo entender el movimiento que realiza Montiel Yáñez, no sin antes recordar que otro joven, hijo de otro político priista, como Luis Miranda Barrera, también se unió al Verde Ecologista, dejando de lado la militancia priista de su padre -nada reconocido, por cierto-, para apoyar a Couttolenc Buentello.
Ahora bien, se dice que Montiel Yáñez ya hace campaña en contra del PRI en el municipio de Lerma, a cargo este del priista Miguel Ángel Ramírez Ponce, quien se ha visto obligado a apoyar al candidato de la 4T, pero sabemos que la intención de Arturo es desbancar a la esposa de su padre, Karla Cortés, quien ha sido denunciada por los hijos de Montiel Rojas por diversos delitos, entre el que destaca desatención y abandono hacia una persona de la tercera edad (Arturo Montiel Rojas).
Lamentablemente las autoridades estatales han hecho caso omiso a la situación en la que mantienen a don Arturo -como le reconocemos muchos-, incluso la dirigencia estatal del PRI, ignoró las denuncias, candidateando a Karla Cortés, hecho que ha sido considerado como una afrenta contra los hijos de Arturo Montiel Rojas -bueno, menos uno-.
De ahí que la carrera iniciada por Montiel Yáñez y su afán de dar contra al PRI en Lerma, es para hacer caer a la esposa de su padre, pues consideran no tiene la probidad como para contender y ganar una curul mucho menos un fuero que, de antemano, protegería cualquier abuso cometido por esta mujer después del proceso electoral.
Así están las cosas en el Estado de México; el PRI sigue cayendo; cometiendo error tras error; el discurso no es el voto, sin embargo, siguen dando entrada a los corruptos que, si bien dicen ¡no tienen lugar!, créanme, lo están pensando.
Imagínese usted en Lerma, lanzan a una mujer acusada de maltrato contra un hombre de la tercera edad y, peor aún, un hombre conocido y reconocido como el exgobernador del Estado de México; en Almoloya de Juárez, acusan al alcalde de “deudor alimentario”; en Atlacomulco, un corrupto expeñista quiere, a como dé lugar, la candidatura a la alcaldía para seguir colgado de un cargo público; en Toluca, un exalcalde recluso, hace “tratos oscuros” con una “excolaboradora” y hace todo para que la lancen como candidata; exalcalde de Calimaya, está prófugo tras ser acusado de violación.
El PRI, apuesta a reelección de sus alcaldes -en caso de no tener deudas con la justicia-, pero ahora resulta que la dirigencia estatal esperará el fallo del líder nacional, Alejandro Moreno, y malas noticias para los que se quieren reelegir pues, al parecer, a muchos les “cortarán las aspiraciones” por dar pie a las cuestiones de “género”, por lo que algunas mujeres pueden ser cambiadas por hombres y algunos hombres por mujeres, y el trabajo realizado durante estos tres años ¡lo tirarán a la basura!, y sólo hablo del PRI, partido donde, hoy por hoy, más diferencias hay con los candidatos.
