En la mañana de este viernes 14 de noviembre de 2025, se reportó el bloqueo de varios accesos al edificio del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México (TSJ-CDMX), en lo que se considera un intento por frenar o entorpecer la elección del próximo presidente del Poder Judicial capitalino.
Fuentes internas detallan que grupos inconformes ocuparon puertas y pasillos clave para impedir el libre tránsito del personal, justo cuando 79 magistrados se preparan para definir la nueva dirigencia del tribunal. La maniobra elevó la tensión política y jurídica en un momento decisivo para el rumbo de la institución.

El proceso electoral llega en medio de una reforma que reconfiguró el funcionamiento del Poder Judicial local y aumentó el interés de actores externos en su conducción. Las presiones han escalado en las últimas semanas, con denuncias de opacidad, rivalidades internas y advertencias sobre la posible injerencia de grupos políticos.
La toma de accesos marca un punto crítico. Más allá de lo simbólico, podría retrasar la votación, condicionar la asistencia de magistrados o incluso derivar en un conflicto mayor si la sesión no puede desarrollarse con normalidad. Eso pondría en duda la legitimidad de quien resulte electo y abriría la puerta a una crisis institucional.

Hasta ahora, el tribunal no ha emitido un posicionamiento público sobre la irrupción, ni ha confirmado si se activarán protocolos de seguridad o se solicitará apoyo de autoridades externas para restablecer el orden. Organizaciones del ámbito jurídico y observadores del proceso demandan que se asegure la autonomía del tribunal y que no se permita que la violencia o la presión política decidan quién encabece la justicia en la capital.
El curso de las próximas horas será decisivo: el Poder Judicial de la Ciudad de México se enfrenta hoy a una prueba directa de su independencia y capacidad de autogobierno.

