Por Tanya Acosta-Raúl Ruiz-Roberto Meléndez/Reporteros.
No se puede ignorar la preocupante realidad que enfrenta la sociedad mexicana con la implementación de una cultura de muerte y violencia a través de la narcocultura que se difunde en las redes sociales, imágenes violentas, cultos distorsionados como el de la Santa Muerte y amedrentamientos digitales.
Esta propagación de contenido dañino está distorsionando los valores fundamentales que nos han caracterizado como nación y erosionando el tejido social. Como Iglesia, los obispos mexicanos “denunciamos enérgicamente esta glorificación de la violencia y hacemos un llamado a todos los sectores de la sociedad para que se unan en un rechazo total a estas prácticas destructivas”.