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Del Mazo, leal a Morena, por encima de morenistas

* Ha sido un traidor, oportunista, servil y rastrero……

Por Karina A. Rocha Priego

Si a los mexiquenses y a priistas les quedaba alguna duda sobre “la lealtad” de su gobernador Alfredo del Mazo, quedó más que demostrado que este ha sido un traidor, oportunista, servil y rastrero.

Un gobernador que al presidente Andrés Manuel López Obrador le ha venido “como anillo al dedo”, pues ningún servidor público emanado de Morena ha sido tan “agachón” como el priista del Estado de México.

Sin lugar a dudas, Del Mazo pasará a la historia por haber entregado, en charola de plata, el Estado de México a AMLO y su partido, a cambio de impunidad para él y sus más cercanos, tal cual lo hizo Enrique Peña Nieto con la Presidencia de México, aunque “su impunidad” terminó en “exilio”, pero, mejor para él, en México, Peña Nieto es repudiado y, aunque se esperaba algo de él para proteger al Estado de México de la embestida presidencial, ninguno de sus todavía colaboradores y empleados, pudo o quiso hacer algo para lograr el objetivo.

Se viene la contienda de 2024, pero da lo mismo, al fin y al cabo, todo esto es una farsa. Lo cierto es que la visita de López Obrador a Toluca, para presenciar el último informe de labores de Del Mazo, fue clara muestra de lo que el todavía gobernador mexiquense ha prometido y comprometido con el Jefe del Ejecutivo Federal y que ¡le ha cumplido!, no sin antes ser él, el Presidente, quien “reciba personalmente” el poder del Estado, además de proteger a Del Mazo con la investidura presidencial, pese a que este haya sido un “golpe bajo” a los priistas y a los mexiquenses.

Así termina un vergonzoso sexenio estatal que se caracterizó por su mediocridad y pobres resultados. Sin duda, el peor gobernador mexiquense de las últimas seis décadas: un gobernador gris, tibio, ausente, alejado de la gente, cobarde, corrupto y traidor. ¿Qué dirían su padre y su abuelo, ambos exgobernadores? Estarían avergonzados de él y su gobierno entreguista, con toda seguridad. Su nombre y apellido quedarán como sinónimo de traidor, nada nuevo, queridos lectores, cuando esto se dio a conocer desde hace mucho tiempo y nadie hizo nada al respecto.

Dicho sea de paso, el líder nacional del PRI, ha tenido el cinismo de gritar a los cuatro vientos que “analizan la expulsión de Del Mazo del tricolor” pero, ¿por qué no antes de llegar a esto hizo algo para evitar la entrega fácil del Estado de México? Por una simple y sencilla razón, Alejandro Moreno ¡es otro entregado a AMLO!, todo mundo lo sabe, pero navega con bandera de “priista leal”, lo cual ¡no existe!

Por lo pronto, el favor que le hiciera Peña Nieto a “su primo” de dejarle la gubernatura del Estado de México -Peña Nieto todavía era Presidente de México, cuando se llevó a cabo la elección que “ganó” Alfredo del Mazo-, ha sido uno más de los desatinos del expresidente. Está más que claro, la administración delmacista ¡fue todo un fiasco!, pero no se trata de echar a perder un pastel, sino de perjudicar a más de 17 millones de mexiquenses, obligándolos a un sistema político incierto que pretenden implementar en México y que terminará por perjudicar a propios y extraños, siendo los extraños, claro, los primitos Enrique y Alfredo.

Desgraciadamente los perjudicados son los mexiquenses, sin importar partido político, pero sí, por condición social. Los “resultados” son claros: en todos los rubros, los números no mienten, están muy por debajo de los heredados por los antecesores de Del Mazo, no hay logros, no hay obras, que no sean las auspiciadas por el Gobierno Federal, porque así convenía a AMLO; a tal grado fue malo este gobierno mexiquense, que el programa “estrella” de Del Mazo ¡fracasó rotundamente!, gracias a la voracidad de los colaboradores y amigos del gobernador, saliendo a relucir los malos manejos en su operación y por el bajo alcance que tuvo.

¿Todavía tienen dudas del rastrerismo de Alfredo del Mazo? Porque, desde el inicio de la administración de Andrés Manuel López Obrador, este se vio sumiso. Sabía que la llegada de Morena a la Presidencia de la República “sería su tumba”, sin embargo, su cobardía y entreguismo le convirtió en el favorito de AMLO, dejando a un lado que era titular de un gobierno de oposición y prefirió ser aliado.

Como ya fue comentado, sus antecesores como Montiel, Peña y Ávila Villegas, también fueron gobernadores de oposición, pero nunca se rebajaron ni se arrodillaron ante el presidente en turno y, a diferencia de Del Mazo, estos continuaron la tradición priista del Estado de México, entregando el poder a otro priista con absoluto respeto a la legalidad, pero sin miedo, los tres apoyaron decididamente a su partido en todo momento.

Lo que son las cosas, queridos lectores, más que la sumisión, rastrerismo y cobardía de Del Mazo, lo que duele a los priistas mexiquenses es que los haya utilizado y burlado y, peor aún, que su candidata ¡impuesta y vendida! se haya prestado a este fraude electoral. ¿Cuánto le costó a los mexiquenses comprar el nombre de Alejandra del Moral para esta farsa política? Porque, seguramente, esto ha tenido un precio muy alto y no sólo económico, sino político y moral; los mexiquenses, y sobre todo los priistas, son el ¡hazme reír de México!.

Claro que a Del Moral poco le ha de importar haber terminado con su carrera política -si es que tenía una- pues esta, tampoco ha vuelto a dar la cara, segura de ser denostada por quienes confiaron en ella y se entregaron durante su campaña.

¿Qué y cuánto debe Del Mazo a México? Que literalmente se vendió, se arrodilló, se arrastró; vendió al PRI, al Estado de México y a los mexiquenses, ese es el “legado” de Alfredo del Mazo Maza, quien además, avergonzó tajantemente a la dinastía Del Mazo, al fin y al cabo, ¡ya NO están!

Si bien es cierto hoy los priistas mexiquenses piden fortaleza, piden reagruparse, piden libertad y fuerza para renacer pero, honestamente, está difícil que recuperen lo perdido, quedaron como unos verdaderos peleles, no creyeron en lo que tantas veces se les dijo, que Del Mazo, muchos meses atrás, antes de que iniciara la contienda electoral, ya había entregado el Estado de México a Morena. La soberbia que siempre ha caracterizado a los priistas, los hizo pensar que lo que se les decía, no sólo era mentira, sino resultado del dolor clavado por la indiferencia de la administración delmacista, pero no fue así. Ya lo comprobaron y el golpe ha sido ¡mortal! y, ¿quién puede burlar a la muerte?, nadie. Dicen, todo tiene solución, menos la muerte, y el PRI, ha sido “brutalmente asesinado” por Del Mazo.

Por lo pronto, a nadie se le olvidará que previo a la derrota anunciada del PRI en el Estado de México, fue más que notoria la complicidad de Alejandro Moreno y el PRI nacional, quienes se mantuvieron ausentes de la contienda. Priistas de estirpe se vieron agazapados, amenazados, derrotados; incluso aquellos que aplaudían las debilidades de Del Mazo convirtiéndose en sus cómplices y sus nuevos compinches del morenismo en el Estado de México.

Queridos lectores, honestamente, ¡ya ni llorar es bueno! Hoy hay que darle vuelta a la página y esperar a que la administración de Delfina Gómez o, mejor dicho, que la administración que en realidad manejará Horacio Duarte Olivares, sea para beneficio de los mexiquenses y permita libertad partidista para que, partidos como el PRI-PAN-PRD, sigan haciendo su luchita para resurgir, como dicen que quieren hacerlo.

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