Florida ha comenzado a ejecutar vuelos de deportación desde una instalación provisional construida recientemente en el corazón de los Everglades. Conocida extraoficialmente como “Alligator Alcatraz”, esta base de detención se ha convertido en símbolo del endurecimiento migratorio en Estados Unidos y en una de las acciones más visibles del gobierno estatal para colaborar con la estrategia federal.
La instalación fue levantada en apenas ocho días a unos 80 kilómetros al oeste de Miami. Tiene una capacidad inicial para unos dos mil detenidos y fue diseñada para ampliarse rápidamente si la demanda lo exige. Se encuentra en una zona remota, rodeada por humedales, lo que ha generado preocupaciones logísticas y ambientales.
Según las autoridades estatales, varios vuelos de deportación ya han partido desde esta ubicación. La medida forma parte de un esfuerzo coordinado para acelerar los procesos de expulsión de migrantes que se encuentran en situación irregular en el país.
