La disminución en las cantidades de cocaína incautadas en Europa occidental ha comenzado a ser presentada, en algunos discursos oficiales, como un indicio de avances en la lucha contra el narcotráfico. Sin embargo, un análisis advierte que esta lectura puede resultar engañosa.
Lejos de señalar una contracción del mercado, el descenso de las incautaciones revela transformaciones profundas en la dinámica del tráfico, así como limitaciones estructurales en la forma en que los Estados europeos miden el fenómeno, señaló Global Initiative Against Transnational Organized Crime (GI-TOC), una organización independiente con sede en Ginebra, Suiza.
