Los vasos sanguíneos cultivados en laboratorio están proporcionando una nueva comprensión sobre cómo el daño a los pequeños vasos en el cerebro puede hacer que se filtren, contribuyendo a la demencia y al accidente cerebro vascular. Aún mejor, esta investigación ha identificado un objetivo farmacológico que podría tapar estas filtraciones y potencialmente reducir el riesgo de una persona de sufrir fugas de vasos sanguíneos dañinos para el cerebro.
Los fármacos antibióticos y anticancerígenos que inhiben una clase de bioquímicos llamados metaloproteinasa revirtieron el daño que ocurre en los vasos sanguíneos cultivados en laboratorio y detuvieron las filtraciones.