ha declarado públicamente el terrible genocidio que su país natal realizó en los territorios africanos que tenían colonizados. Simplemente en el caso de Argelia, se habla de un genocidio de más de 5 millones de personas y en Ruanda por lo menos 800 mil personas. Motivo que lo ha convertido en perseguido político
de parte del gobierno francés.
René Mey nació el 30 de septiembre de 1959 en Grillon, un poblado pequeño al sur de Francia. Actualmente es nacionalizado mexicano, humanista, conferencista y
filántropo sin ninguna afiliación política o religiosa dedica su vida a la labor humanitaria y a transmitir un mensaje de paz y esperanza a la humanidad, para
formar un nuevo camino de amor, ayuda y consciencia hacia los demás, apoyándonos los unos a los otros.Desde sus primeros años buscó cómo ayudar a los otros, recibiendo personas para asistirlas en cualquier tipo de problemas: físicos, afectivos, profesionales, etc. Así mismo visitando enfermos hospitalizados, sobre todo a aquellos que estaban bajo
cuidados oncológicos o en fase terminal. Al pasar los años encontró a través de su meditación, herramientas y medios para compartir con los demás y que cualquier
persona aprenda a amar y formar un camino con acciones y hechos basados en la
Medicina Emocional “La Nueva Inteligencia”. Ha dedicado su vida entera a ayudar a las personas alrededor del mundo transmitiendo la Paz y el Amor incondicional y enseña, así mismo, la Meditación Profunda, la cual practica 50 horas a la semana.
Después de una estancia en Costa de Marfil, este humanista francés, hizo balance de las masacres ligadas a la guerra, después de un encuentro extenso con el presidente Laurent Gbagbo. Una delegación marfileña viajó para apoyar la misión humanitaria que Rene Mey ha apoyado como parte del proceso de Paz del país. El domingo 4 de marzo de 2007 en Uagadugú, Burkina Fasso, el presidente marfileño, Laurent Gbagbo y el líder de las Fuerzas Nuevas, Guillaume Soro, firmaron un
acuerdo que prevé la solución de la crisis en Costa de Marfil después de varios años
de genocidios.
En agosto del año 2007, René Mey llega a México, con el fin de ayudar a que el país -donde la apertura de conciencia y espiritualidad de su población está muy
presente- se convierta en ejemplo de “Amor para el mundo”. A su llegada a la Ciudad de México, vive un tiempo con niños en situación de calle
para entender sus vidas y las razones que los orillan a vivir así y practica la mendicidad. Recorre el interior de la República Mexicana visitando poblaciones
rurales alejadas de las ciudades, donde los servicios básicos eran escasos, viviendo y entendiendo las costumbres y forma de vida de las personas.
