A 13 días de que el huracán Otis tocó tierra, las calles de Acapulco aún lucen abarrotadas de montículos conformados por basura, vidrios, muebles, troncos, láminas, piedras y cadáveres de animales.
Un problema de salud pública comienza a alarmar a los ciudadanos y es que de estas montañas de desechos se desprenden olores fétidos.
“Huele muy feo, huele muy fuerte todo eso, ósea, de que hay animalitos muertos va a haber. Aquí donde se está concentrado todo, todos estamos aventado todo para allá, hay desechos, hay comida que se ha estado tirando y si pasa por ahí póngase su cubrebocas porque está fuertísimo el olor”, señaló Guadalupe Olea.
Es por ello que el ayuntamiento lleva a cabo la recolección diaria de mil toneladas de basura y diversos materiales.