
* Mientras tanto, cientos de miles de cadáveres emergen en todo el territorio nacional……
Por Karina A. Rocha Priego
Durante toda la administración de Andrés Manuel López Obrador, los mexicanos aprendieron a «odiar» a los mexicanos. Los discursos de odio fueron persistentes, cada vez más recios, aunando en cada crítica lanzada a alguno de los antecesores de López -menos Peña Nieto, claro está-, sin embargo, la incompetencia y abuso de ese gobierno se curaba en salud acusando, generalmente, a Felipe Calderón Hinojosa, como el único responsable de «todo lo malo» que sucede en este país.
Hoy, la moneda cambia de cara y todos los reclamos van dirigidos a la administración lopezobradorista, pero, esta vez, con causa y pruebas irrefutables como que el Tren Maya costó miles de millones y nadie lo usa y presenta fallas que lo pueden hacer descarrilar.
La refinería de Dos Bocas no produjo ni un litro de gasolina, al grado de que los mecheros de esta ¡han sido apagados!, pero sus costos, como los de todas las obras de la exadministración federal, fueron brutalmente inflados, y eso ya ha salido a la luz pública.
El Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles no tardó mucho en convertirse en un «elefante blanco», así como el interoceánico, y qué decir de la Macrofarmacia que se encuentra indefinidamente cerrada y, hoy, IMSS Bienestar, que sigue sin poder arrancar y, aunque lo hiciera, ‘nacería muerto’ por la falta de medicamentos, equipo e insumos para atender a la población, Gas Bienestar, nadie lo conoce.
Pero lo más grave, sin lugar a dudas, el asunto de los «campos de exterminio” en Jalisco, Tamaulipas y Baja California que la presidenta Claudia Sheinbaum trata de minimizar, pues, sabe perfectamente, esa es la herencia que recibió de su antecesor: narcotráfico, desapariciones, fosas clandestinas, ahora la desaparición, asesinato y cremación de cientos de jóvenes, hombres y mujeres, que se presume fueron reclutados por cárteles de la droga para luego ser brutalmente asesinados. Muy al estilo nazi.
¿Minimizar? Claro que no puede hacerlo, mucho menos cuando fueron madres buscadoras las que dieron con ese centro, y con otros tantos que vienen saliendo a la luz pública cuando, se dice, el gobierno ¡ya estaba enterado de su existencia, pero no hizo nada para detenerlos!, por el contrario, las componendas a favor de los cárteles de la droga de parte del gobierno lopezobradorista, hoy tienen al expresidente en vilo, luego de que la DEA ha dado a conocer que está tras él y no cejará en su empeño hasta encontrarlo.
Por lógica, los mexicanos, ahora arrepentidos, están en contra de lo que fue el gobierno de López Obrador y, por lógica, los medios de comunicación retoman la noticia tal cual se descubre y se expone, para mantener informados a los mexicanos, pero eso, queridos lectores, le molesta a la Presidenta de México, que no tarda en denostar a los representantes de la prensa, o sea, reporteros y reporteros gráficos, principalmente, por decir ¡la verdad!, una triste y cruda realidad que ¡lastima a los mexicanos!, pero sobre todo, ¡lastima la inmaculada imagen! que tiene Claudia Sheinbaum de «su jefe» Andrés Manuel López Obrador, culpable de lo que estamos viviendo en este país.
Dicho sea de paso, es un caso «curioso» que el culpable de haber «regalado» la Presidencia de México a López Obrador, fue el expresidente Enrique Peña Nieto, contra quien nunca se habló, se señaló, se acusó, bueno, ni siquiera se le nombró durante todo el sexenio, y ese fue realmente el trato entre Peña y López Obrador; pero hoy, el culpable de lo que está pasando en México, de las amenazas de Donald Trump; de las masacres, las desapariciones, la guerra entre cárteles, y las mil y una mentiras que se escuchan a diario de parte de las autoridades federales es precisamente el expresidente López.
Por supuesto que el ego de los morenistas no les permite reconocer el «marranero» en el que han convertido a este país; que lo dicho por la prensa no es más que el resultado de lo que se está viendo y viviendo, no es fortuito, no es inventado, es lamentablemente una realidad, pero, en un afán de seguir «inspirando» a la población a favor de Morena, es que la presidenta, molesta, pide a los medios que hablan de López Obrador que ¡ya lo dejen en paz! Cuando, durante el anterior sexenio, no se escuchaba hablar más que de los errores y abusos de Felipe Calderón, de Vicente Fox, insisto, nunca de Peña Nieto, y no fue un buen gobierno y mucho menos un gobierno probo.
Antes, se hablaba de la corrupción de los expresidentes, pero hoy se habla de «campos de concentración y exterminio», de cientos de muertes de inocentes que «caen en la trampa» de buenos y bien remunerados empleos, principalmente jóvenes soñadores que terminan torturados, mutilados, cremados, pero al gobierno le interesa que ¡dejen en paz a López Obrador!, no sin antes buscar la manera «de desviar la atención de los gobernados», asegurando que no son hornos crematorios los que encontraron, es más, se atrevieron a decir que el lugar «era una funeraria».
Los lopezobradoristas no se cansaron al insistir en «los abrazos, no balazos»; no se cansaron en insistir que los violadores, narcotraficantes, secuestradores, extorsionadores, feminicidas, también son «seres humanos»,sin embargo, ello derivó en que hoy se cuentan:
Más de 200 mil asesinatos en los últimos seis años; centenares de fosas clandestinas; campos de exterminio, miles y miles de desaparecidos; miles de infantes huérfanos y a la deriva; amenazas de muerte contra madres buscadoras o sus asesinatos, pero lo más importante para esta administración es «que dejen en paz a López Obrador» y negar lo que se está palpando y es obvio, así como procurar, con mentiras y falsas promesas, no perder «la simpatía» de un pueblo que está despertando.
Después de todos estos hallazgos, la pregunta es, ¿qué sigue? Porque la amenaza del gobierno estadounidense de introducirse en territorio mexicano es cada vez «más real», está dejando de ser una amenaza para convertirse en una verdad, entonces, ¿qué sigue?, ¿cuál será la estrategia a seguir para dar con otros centros de exterminio, pero, sobre todo, dar con los responsables? ¿La tienen? O todo seguirá siendo «verbo, mentiras y frases de odio» de mexicanos contra mexicanos…