En un movimiento que podría redefinir las reglas del comercio global, China ha lanzado oficialmente una red de pagos internacionales basada en su moneda digital, el yuan electrónico. La iniciativa, respaldada por el gobierno chino y enmarcada dentro de su estrategia de expansión tecnológica y económica, ya conecta a más de una decena de países de Asia y Oriente Medio, marcando un hito en el proceso de internacionalización de su divisa.
Esta nueva infraestructura digital permite realizar transferencias transfronterizas en cuestión de segundos, reduciendo significativamente los costos y tiempos habituales asociados a sistemas tradicionales como SWIFT. La plataforma, desarrollada por el Banco Popular de China en colaboración con instituciones financieras de países participantes, se posiciona como una alternativa directa a los mecanismos de pago dominados por el dólar estadounidense.
Con operaciones activas en países como Singapur, Tailandia, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, la red ha sido diseñada para garantizar eficiencia, trazabilidad y seguridad en los intercambios comerciales. Según datos oficiales, más de 200 bancos y entidades financieras están ya integrados en el sistema, y se espera que esa cifra aumente de forma progresiva durante los próximos meses.
