
Según la Oficina del Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, los cárteles podrían lavar hasta 1.6 billones de dólares al año a través del comercio global.
A través de la “Operación Fortune Runner”, caso que salió a luz en 2024, la DEA y la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional identificaron y desmantelaron un esquema de lavado de dinero que unió al Cártel de Sinaloa con corredores financieros chinos y rutas comerciales entre China, México y Estados Unidos.