
Las deportaciones masivas han tenido un impacto directo en la productividad de las empresas estadounidenses, especialmente en sectores como la agricultura, la manufactura y la salud. La falta de mano de obra en estas industrias pone en peligro la estabilidad económica del país y podría reducir su crecimiento económico a largo plazo.
La falta de mano de obra en sectores esenciales ya está siendo sentida con fuerza. Muchos inmigrantes, paralizados por el temor a ser deportados, han dejado de asistir a sus trabajos, lo que ha provocado una desaceleración en la producción. Según los empresarios, la caída en la operación de algunas empresas ha alcanzado hasta el 50%.
Para evitar una crisis mayor, es fundamental que el gobierno de EE. UU. implemente una reforma migratoria que permita a los inmigrantes legalizar su estatus y continuar contribuyendo a la economía del país.