
El anuncio de la suspensión temporal de aranceles representa un respiro para el comercio bilateral, ya que sectores industriales y exportadores mexicanos habían manifestado preocupación por el impacto económico que estas tarifas podrían generar. Al mismo tiempo, el refuerzo de la seguridad en la frontera busca atender la presión ejercida por el gobierno de Trump sobre México para combatir el tráfico de drogas, especialmente el fentanilo, que ha sido señalado como un problema de salud pública en Estados Unidos.
Las conversaciones entre los equipos de seguridad y comercio de ambos países iniciarán de inmediato, con el objetivo de evaluar avances en las medidas adoptadas y determinar si la suspensión de aranceles puede extenderse más allá del mes acordado. Mientras tanto, el despliegue de la Guardia Nacional en la frontera y el compromiso estadounidense de frenar el tráfico de armas se mantendrán como puntos clave en la relación bilateral.