Estados Unidos ya abrió una cuenta regresiva de seis meses para definir el futuro judicial de Ovidio Guzmán López, alias «El Ratón», hijo de Joaquín «El Chapo» Guzmán. Aunque se declaró culpable de narcotráfico y delincuencia organizada, su sentencia fue pospuesta porque decidió colaborar con la justicia estadounidense y entregar información confidencial sobre las estructuras del narco… y posiblemente, también de la política mexicana.
El Departamento de Justicia de EE.UU. espera que en ese lapso se logre confirmar, a través de inteligencia y pruebas independientes, que lo dicho por Guzmán es verídico y útil para construir otros casos. La figura legal se conoce como cooperating witness (testigo colaborador), pero no se trata de soltar nombres al azar: cada dicho debe resistir verificación judicial.
Aunque el juicio se lleva a cabo en la Corte de Chicago, las ondas expansivas de su declaración ya se sienten en México, sobre todo porque uno de los escenarios que ya se discute es la posible implicación de políticos mexicanos en sobornos, protección institucional o lavado de dinero.
