
Petróleos Mexicanos (Pemex), la para estatal petrolera que en los últimos sexenios a arrastrado una precaria posición como productor de crudo y tiene encima una de las deudas más impactantes para la economía del país, ahora enfrenta uno de los momentos más críticos de su historia reciente. No solo arrastra una deuda de más de 20 mil millones de dólares a proveedores sino que ahora lidia con un problema inesperado: altos niveles de sal en su crudo, que afectan tanto las refinerías nacionales como las exportaciones.
Las fuentes cercanas a la empresa aseguran que el crudo entregado por Pemex contiene hasta 3 mil 700 libras de sal por cada mil barriles, muy por encima del estándar internacional de 50 libras. Y como es de esperarse, esta anomalía genera corrosión en las refinerías, reduce la vida útil de la maquinaria y pone en riesgo el mercado más importante de la petrolera: Estados Unidos.