
Por los aranceles impuestos de Donald Trump a la industria automotriz y el interés de México de continuar su relación comercial con Estados Unidos, China ha decidido suspender sus inversiones en territorio mexicano.
Ante este panorama, las intenciones de BYD, el mayor fabricante de automóviles de China, de invertir en nuestro territorio, se han visto detenidas, a pesar de que el año pasado parecía dispuesto a construir su primera fábrica en México, antes de que se concretara el regreso de Trump a la presidencia de Estados Unidos.
Un proyecto con el que se esperaba se crearan 10 mil empleos y el cual tendría un costo de aproximadamente 600 millones de dólares.
Ahora, la incipiente relación entre China y México se ha enfriado con el distanciamiento de ambas partes. México, liderado por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, ha estado apelando a Trump para evitar un conflicto con su principal socio comercial.