En un movimiento que ha provocado una fuerte reacción del ámbito académico y político, el Gobierno de Estados Unidos anunció este jueves la revocación de la certificación que permite a la Universidad de Harvard aceptar y mantener inscritos a estudiantes internacionales. La decisión, comunicada oficialmente por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), obliga a la universidad a suspender inmediatamente las admisiones de nuevos alumnos extranjeros y a gestionar la salida o transferencia de los actuales, quienes de lo contrario perderán su estatus migratorio legal.
La medida responde a una directiva emitida por la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, quien ordenó cancelar la participación de Harvard en el Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio (SEVP, por sus siglas en inglés). Esta decisión se enmarca en una creciente confrontación entre la prestigiosa institución educativa y la actual administración federal, que ha elevado sus exigencias sobre el control y monitoreo de los estudiantes foráneos en territorio estadounidense.