Al interior de Morena, «ni amor, ni paz»

Por Karina A. Rocha Priego

¿Quién dijo que al interior de Morena todo es amor y paz? Quien haya sido, sólo hizo uso de esa frase para «distraer a las masas», pues la realidad es otra y eso ya se ha comentado en diversas ocasiones.

Es más, en el Estado de México, por ejemplo, ha sido más que clara la «división y la lucha de poder» al interior del instituto político lopezobradorista, donde el primer golpe asestado del gobierno estatal contra un «leal morenista», le tocó a Higinio Martínez y todo su equipo porque este «no hace equipo» -valga la redundancia- con el grupo del actual secretario general de Gobierno, Horacio Duarte, quien, por cierto, ya se «perfila» como «sucesor» de Delfina Gómez Álvarez en la gubernatura, luego del rumorcillo aquel de que la gobernadora del Estado de México renunciaría a su cargo. Pero esa será otra historia.

Lo que nos compete hoy es el gran divisionismo y lucha por el poder al interior de Morena en el ámbito nacional, donde las fracturas internas están a flor de piel, ya que es más que notorio el revanchismo existente entre actores políticos de alto nivel, que ya empiezan a provocar gran merma y debilitamiento al interior del partido.

Y eso, queridos lectores, se nota a leguas, cuando dos de los principales actores políticos de importante influencia, como Ricardo Monreal y Adán Augusto López, se han puesto en un papel que asume posturas que chocan con la línea oficial del partido; sus múltiples desacuerdos con la dirigencia nacional, han generado un ambiente de incertidumbre y dudas sobre la verdadera unidad dentro de Morena. Ambos actores políticos se rehúsan a seguir la dirección de «su partido» o, mejor dicho, la dirección que ha fijado el líder nacional Andrés Manuel López Beltrán.

Este que ha sido señalado como quien «impone» al interior del partido, desde la designación de candidaturas hasta su protagonismo en la configuración del equipo político, hechos que han sido blanco de múltiples críticas y sospechas sobre la concentración del poder en manos de un reducido grupo de personas donde, al parecer, «sólo encaja perfectamente» la presidenta Claudia Sheinbaum.

Pero es «secreto a voces» el gran divisionismo pero, sobre todo, revanchismo entre las que se dicen «grandes figuras» de Morena a escala nacional, de ahí que en ese partido exista ya una conformación de diversos grupos de poder, que podrían poner en riesgo el liderazgo del partido guinda entre sus seguidores -que no militantes- en elecciones próximas, con influencia, además, del débil liderazgo que ha llevado a disputas que afectan la estabilidad del partido y su capacidad de gobierno.

Y todo parece indicar que las promesas políticas hechas por el expresidente de México a personalidades de la talla de Ricardo Monreal y Adán Augusto López Hernández, para luego «dejarlos fuera de la batalla política», es lo que detonó su rebeldía para seguir «órdenes» de quien hoy gobierna al país, más aún cuando esta, sin lugar a dudas, es «copia fiel» del lopezobradorismo, cuya protección obtiene de líder nacional de Morena, herencia que recibiera júnior López Beltrán.

Esta situación, además, ha traspasado las cuatro paredes de la dirigencia nacional de Morena, ya que, como comenté líneas arriba, en el Estado de México se vive un panorama similar, donde los grupos de poder ya hacen de las suyas y, quien tiene «la batuta y el control» en el Edomex y Morena, está trabajando por «minimizar» a todo aquel que «se quiera brincar las trancas», inclúyase aquí la propia gubernatura, donde, insisto, se dice que la jefa del Ejecutivo estatal podría estar presentando su renuncia, asumiendo el cargo, de manera «casi inmediata», su secretario general de Gobierno, Horacio Duarte.

¿Que no hay divisionismo? ¡Claro que lo hay! Y en toda la república, y mientras más se acerquen los tiempos electorales, más notorio será el revanchismo entre los actores políticos morenistas, lo cual, si no es cuidado minuciosamente, podría dejar importantes huecos que tendrían que ser rellenados por la oposición, pero parece que el exceso de confianza entre los morenistas les ha quitado tiempo como para percatarse de que, incluso, la militancia o seguidores de los guindas, ya lo están «pensando dos veces».

Por lo pronto, la crisis al interior de Morena y entre morenistas, son más que evidentes y las fracturas internas parecen profundizarse, al grado de que podrían perder, en breve, el «liderazgo» como primera fuerza política en México…

Previous post Evidente división dentro de Morena
Next post UAEMéx exhibe obra del escultor de origen japonés Kiyoto Ota

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *