
* Qué fácil sería liberar a los mexicanos del cáncer del narcotráfico, pero hay soberbia y falso poder para hacerlo……
Por Karina A. Rocha Priego
¡Somos noticia a nivel mundial! El hallazgo de los centros de adiestramiento y exterminio de los cárteles de la droga ha traspasado fronteras, pero ¡no para bien! Somos «comidilla» y parte de una «crítica destructiva» que sólo deja en claro que sí somos un país «superado» por el narcotráfico, por células delictivas, inseguridad y violencia extrema.
Las autoridades mexicanas siguen sin entender la gravedad en la que se encuentra sumido el país; siguen «contando cuentos de hadas»; siguen creyendo que la inseguridad y violencia han disminuido; siguen diciendo que feminicidios van a la baja, de dar risa.
Sin embargo, en enero de 2025 se registraron 54 feminicidios, pero se tienen registros de 187 homicidios dolosos y 266 culposos cometidos contra mujeres en todo el país, de esos 31 y 24, respectivamente, ocurrieron en el Estado de México, pero sólo 7 se investigaron como feminicidio. La cifra a nivel nacional es de 54 asesinatos de mujeres por razones de género tan sólo en enero, insistimos.
Esto significa que el feminicidio no ha disminuido y si a eso le sumamos la desaparición, violación y asesinato de infantes, ya sean hombres o mujeres, la cifra va en ascenso, entonces no, tampoco la ola de violencia ha disminuido, sobre todo, cuando se trata de narcotráfico, sin temor a equivocarnos, la cifra aumenta considerablemente.
Es ahí adonde autoridades estadounidenses han puesto el dedo, considerando que esta situación de violencia y drogas se ha extendido hasta su territorio, queriendo poner «un alto tajante» porque, en México, poco o nada se ha hecho para erradicar el «tumor maligno» que ha venido creciendo y cobrado cientos de miles de vidas.
Esa situación ha puesto a nuestro país «en el ojo del huracán»; además, ante un panorama «aterrador» por la existencia de decenas -que no cuatro o cinco, como dicen- de centros de exterminio liderados por células del narcotráfico; centros que, a decir del Gobierno Federal actual, sólo se trata de «funerarias», pero no dicen que «sí son funerarias clandestinas», para «armonizar» el término «centros de exterminio».
Y todavía más escándalos contra el Estado de México, “la joya de la corona del Gobierno Federal”, el más poblado del país, el poseedor del padrón electoral más abultado de México: El hallazgo de un megalaboratorio de metanfetaminas, esto en la comunidad de San Juan de las Manzanas del municipio de Santa Ana Ixtlahuaca.
Nada más imagínese usted que este laboratorio se encontraba sobre 4 hectáreas de terreno, además de hallar 94 quemadores, 63 mil litros de sustancias, 4 motogeneradores de energía, con una capacidad todo de producir al menos 700 millones de dosis, preguntándonos, ¿quién o quiénes son los responsables de la existencia de laboratorios de esta índole? Porque, estarán de acuerdo, ¡no pueden decir que no se habían dado cuenta las autoridades!, como tampoco pueden desmentir que el Gobierno Federal sabía, desde hace algunos años, de la existencia de los «centros de exterminio» de los narcotraficantes.
Jamás, las administraciones actuales, tanto la federal como la del Estado de México, habrán de reconocer que, lo que está saliendo a la luz pública, es el resultado de la estrategia de seguridad «abrazos, no balazos», impuesta por la administración de Andrés Manuel López Obrador donde, narcotraficantes, extorsionadores, secuestradores, asesinos, violadores, feminicidas se volvieron «intocables», aunque, seguramente y como se ha vuelto costumbre, habrán de echar la culpa a ¡Felipe Calderón Hinojosa!, pero jamás reconocer que son los responsables directos de esta barbarie creciente en México.
Lo más curioso de todo este asunto es que, más tardó en dejar el poder Andrés Manuel López Obrador, que el gobierno de Sheinbaum, si quiere usted por presiones de Estados Unidos, entregó 29 capos del narco -más uno, por “El Mayo” Zambada- al gobierno estadounidense; también, de la noche a la mañana, salió a relucir la existencia de los campos de exterminio; el hallazgo de los narcolaboratorios, no sólo en el Estado de México, sino en todo el territorio nacional; demostrándose con ello que la protección gubernamental sobre las células delictivas iba disminuyendo, también, por el «ruido intermitente» de las familias de las víctimas de este exterminio.
Aún así, los mexicanos «estamos a la buena de Dios» y peor ha de ponerse la situación cuando se llegue el día de la elección de jueces y ma-gistrados que, a decir de aquellos que sí saben de leyes, habrá de llegar a uno de esos cargos cualquier «hijo de vecino», sin saber de leyes o jurisprudencia, tan sólo teniendo como “gracia” el ser pariente, amigo, compadre o recomendado de algún morenista en el poder. Así se conformará nuestro sistema judicial en México; foco rojo que pone también en alerta a los países vecinos pues, sin lugar a dudas, la incertidumbre del sistema judicial mexicano, los afectará también a ellos.
Ahora, ¿qué nos espera como país? ¿Aguantar la embestida de las Fuerzas Armadas estadounidenses? Porque, la amenaza lanzada por el Zar de la Frontera de Trump, Tom Homan, no parece haber sido una «broma de mal gusto».
Este, le advirtió a los narcotraficantes mexicanos y al Gobierno de Claudia Sheinbaum, que «si algún soldado estadounidense resulta herido, la ira del presidente Trump caerá», y amenazó: «tiene la capacidad de borrarlos de la faz de la Tierra», sino, queridos lectores, pregunten ustedes cómo murió Osama Bin Laden, líder de Al Qaeda, responsable del ataque terrorista sobre las Torres Gemelas en Nueva York y el Pentágono el 11 de septiembre de 2011. ¿Creen ustedes que esa muerte fue casualidad?.
¡Claro que no! Osama Bin Laden, uno de los más crueles terroristas de la historia, fue asesinado el 2 de mayo de 2011 en Abbottabad, Pakistán. La operación fue realizada por fuerzas especiales de Estados Unidos, tras un operativo que contó con la participación de 79 personas, en su mayoría SEALs de la Marina de Estados Unidos, mientras Bin Laden se encontraba internado en el océano en un lugar no revelado, pero descubierto por el Gobierno de Estados Unidos, entonces, ¿seguimos sin creer en las amenazas del Gobierno de Donald Trump? Qué, ¿no es más fácil apoyar la guerra contra el narcotráfico en México, que «proteger» a los responsables de esta barbarie? ¡Se los dejo de tarea…!