Promesas de Trump, ¡cumplidas!

Por Karina A. Rocha Priego

Ha quedado claro que, en México, no se estaban tomando «muy en serio» las que llamaron «amenazas» lanzadas contra nuestro país del presidente estadounidense Donald Trump. Creían que era sólo una «campaña de desprestigio» para nosotros y de «aplausos» para él pero, desafortunadamente, no fue así, o no del todo.

Lo que sí es un hecho, es que Trump «cumple lo que promete», así sea pisoteando a otros, como nos habrá de tocar a los mexicanos, por lo pronto, entre las primeras acciones que firmara, a la hora y treinta minutos (aproximadamente) de haber asumido el cargo de presidente de los Estados Unidos fue:

* Declarar emergencia nacional en la frontera sur

* Suspender el programa de reasentamiento de refugiados

* «Sellar las fronteras» justificando el hecho por el flujo de drogas ilícitas, contrabando de personas y delincuencia relacionada con los cruces

* Designar pandillas y cárteles como terroristas, destacando, en este punto, que ese mandato lo hizo pensando en los cárteles mexicanos como el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Cártel del Golfo, Los Zetas, Cártel del Noreste, Cártel de Juárez, Cártel de Tijuana, Organización de Los Beltrán Leyva, La Familia Michoacana, entre otros

* Reanudar la construcción del muro; o sea, «construir barreras físicas adicionales a lo largo de la frontera sur»

* Reimplementar el programa «Quédate en México», devolviendo con ello a poco más de 70 mil solicitantes de asilo NO mexicanos, al otro lado de la frontera a la espera de sus audiencias

* Detener vuelos migratorios, lo que apoyaba a cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos

Pero todo esto, queridos lectores, será en detrimento, no sólo de los mexicanos, sino de nuestro país y los connacionales que serán deportados, recordando que, otra de las órdenes giradas por Trump, ha sido «buscar inmigrantes o indocumentados» hasta por debajo de las piedras; al grado de permitir la irrupción en escuelas e iglesias, sin importar lo que derive de ello.

Cabe comentar que, según un estudio, hay 47.8 millones de migrantes en Estados Unidos, lo que representa 14.3 por ciento de la población norteamericana; de ese total, 4.8 millones son ilegales mexicanos y, al menos 12 Estados albergan 80 por ciento de los mexicanos; esto significa, queridos lectores, que, los más perseguidos, serán los mexicanos.

Ahora bien, regresémonos a México, donde se dice que las primeras órdenes de gobierno norteamericano, son en contra de quienes hayan cometido algún delito dentro de territorio americano, ciudadanos que están perfectamente identificados y que tendrán que regresar a México. ¿Se imaginan ustedes, queridos lectores, la ca-

laña de aquellos que llegarán primero a nuestro país? Sin dejar de mencionar que regresan con una mano adelante y otra detrás, por lo que llegarán a buscar por todos lados dónde vivir y cómo mantenerse a sí mismos y a sus familias, entonces, ¿cómo piensa usted que cubrirán sus necesidades?

No debemos dejar de lado que «la novedad» (sic) es que a niños, jóvenes y desempleados, el crimen organizado se ha dedicado a «reclutarlos» para que les sirvan en el trasiego de drogas; peor aún, ahora los indocumentados que se asientan en nuestro país, sean cubanos, venezolanos, hondureños, colombianos, también están siendo reclutados conformando más células criminales que asechan la seguridad de los mexicanos, donde las autoridades, lamentablemente, se han visto de tal manera rebasadas, que han preferido voltear la cara hacia el otro lado antes de confrontarlos; además, es más fácil «aliarse que confrontarse», y eso es lo que ha venido sucediendo desde la administración pasada.

Para colmo, el gobierno mexicano, que ahora sí vio la realidad que estamos por vivir, o la desgracia, mejor dicho, es cuando asegura «defenderá» a connacionales y al propio territorio, «prometiendo apoyos» a todos los repatriados. La pregunta sería: ¿de dónde lo hará? Y claro, una vez más, los «contribuyentes cautivos» tendrán que pagar «para mantener a los repatriados» en lo que «hallan qué hacer» pero, una vez más, estarán ustedes de acuerdo en que, seguramente, volverán a echar mano de ¡dinero ajeno!, o le quitarán a los estados o cancelarán obras, porque de otra manera, no hay de dónde echar mano.

Imagínense ustedes que, «la promesa» que el Gobierno Federal, por encima de los mexicanos, es que a cada connacional se le darán 2 mil pesos, a través de una «nueva tarjeta» denominada Tarjeta Bienestar Paisano que, claro, ¡se tuvieron que sacar de la manga la tarjeta ante la demanda de migrantes que regresarán al país!, pero dicen, sólo será para que los repatriados puedan regresar a sus lugares de origen.

Sin embargo, han prometido, además, servicios de salud para ellos y sus familias, transporte a sus lugares de origen, acceso a comunicaciones telefónicas pero, ¿servicios de salud?, ¿cómo?, ¿a través del IMSS Bienestar? Porque si es así, dicho programa todavía ni siquiera empieza a trabajar y, aunque así fuera, no hay medicamentos, insumos ni lo más elemental para atender a todas aquellas familias que regresarán, a fuerza, a este país.

Pero, por otro lado, debemos también considerar que muchos de los repatriados son personas que estuvieron trabajando en Estados Unidos y enviando dinero a México, las famosas remesas

-que se terminarán, claro está-, por lo que es probable que algunos regresen con sus «ahorros», pero, seguramente, serán los menos.

Nos espera, a los mexicanos, un proceso bastante complicado ante la llegada de connacionales, uno que otro «delincuente», y tal vez, muchas familias separadas, aunque otra de las amenazas de Trump, ha sido que, aunque haya hijos ciudadanos de padres migrantes, ¡se regresan todos! Y, bueno, ahí se evitaría la pena «de separar familias enteras».

En lo de convertir a los cárteles mexicanos en «terroristas», podemos decir que es incierta la forma en que actuará el Gobierno Federal ante la llegada de fuerzas armadas norteamericanas a México, aunque, según se sabe, el internamiento de militares extranjeros a nuestro país ha sido autorizado por la Presidencia de la República y por el Congreso, pero no podemos negar que hay gran incertidumbre por los días por venir.

Por lo pronto, duro golpe a connacionales y a todos aquellos migrantes que se quedaron esperando ser atendidos por la nueva administración norteamericana, donde Trump ordenó la cancelación de ¡todas las citas programadas!, lo que significa que, esa pobre gente, ve como «segunda opción» de asilo ¡a México!, por lo que nuestra situación se agravara aún más.

En fin, es lo que hoy nos ha tocado vivir. Esperemos que haya profesionalismo, experiencia, paciencia y, sobre todo, ¡dinero!, para que «nuestro gobierno» (sic) haga las cosas como debe ser sin afectar a quienes vivimos en este territorio…

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