* La comunidad universitaria dice basta a un conflicto que frena el avance institucional……
Por Martha Romero
La Universidad Autónoma del Estado de México enfrenta uno de los capítulos más desgastantes de su historia reciente, el Edificio Histórico de Rectoría lleva casi seis meses tomado por un reducido grupo que se autodenomina Enjambre Estudiantil Unificado, mientras la mayoría de la comunidad universitaria exige su liberación inmediata, la rectora Martha Patricia Zarza Delgado hizo un llamado firme a entregar de manera pacífica el inmueble, pero su mensaje también fue una crítica contundente a quienes persisten en la obstinación y mantienen secuestrado un espacio que pertenece a toda la universidad, no a intereses personales ni a consignas políticas disfrazadas de causas estudiantiles
El desgaste de una comunidad que ya no tolera el abuso
La toma del edificio no es un acto de protesta legítima sino una muestra de soberbia y cerrazón, las demandas originales que en su momento pudieron considerarse atendibles se han diluido en medio de la falta de diálogo, la desinformación y la manipulación, la comunidad universitaria ha demostrado reiteradamente su disposición a la transformación institucional, prueba de ello es la consulta reciente donde participaron siete mil setecientos cincuenta y cuatro universitarios, de los cuales el noventa y cinco por ciento votó a favor de liberar la Rectoría el tres de noviembre, sin embargo, los ocupantes insisten en sostener el control de un inmueble que no les pertenece, obstaculizando los trabajos de rehabilitación y mantenimiento que urgen para conservar el patrimonio histórico.
El daño no es solo simbólico, la parálisis administrativa, el deterioro del edificio y la pérdida de actividades culturales y académicas afectan directamente a toda la comunidad, los universitarios ya están cansados de que unos cuantos decidan por todos, la UAEMéx requiere avanzar, necesita abrir sus puertas y no seguir sometida a la lógica de la confrontación, mantener la toma es un acto de irresponsabilidad y de desprecio hacia la voluntad colectiva, porque mientras la mayoría exige diálogo, los ocupantes optan por el silencio y la imposición.
La universidad no puede vivir en conflicto permanente
Martha Patricia Zarza Delgado ha insistido en que la entrega pacífica del edificio no solo es necesaria para reanudar labores, sino también para iniciar los trabajos de restauración y deslindar responsabilidades de administraciones anteriores, el inmueble necesita intervención urgente, y cada día de retraso agrava el deterioro de su estructura, mantenerlo tomado bajo el argumento de una supuesta lucha universitaria es una contradicción que hiere a la institución, la rectoría no puede transformarse en espacio cultural mientras siga secuestrada por intereses ajenos al espíritu universitario.
La UAEMéx vive un momento decisivo, no puede quedarse anclada en la confrontación, porque una universidad que se mantiene dividida está condenada a la parálisis, los paristas que aún ocupan el edificio deben entender que la comunidad no está con ellos, la consulta universitaria es prueba de que su movimiento perdió legitimidad, no representan a nadie más que a sí mismos, aferrarse al control de la Rectoría ya no tiene sentido, se ha convertido en un acto de resistencia vacía que solo daña a estudiantes, docentes y trabajadores que todos los días buscan cumplir con su labor académica.

De la protesta al secuestro institucional
Lo que inició como un reclamo estudiantil se transformó en una toma prolongada sin rumbo ni propósito, el Enjambre Estudiantil Unificado se ha aislado de la realidad universitaria, mientras la administración central busca reconstruir la confianza interna, este grupo insiste en mantener la tensión y en impedir que se retomen los proyectos de modernización, las condiciones de deterioro del edificio son evidentes, los servicios están paralizados, los accesos controlados y el entorno académico dañado, la ocupación ya no tiene contenido político ni social, se ha convertido en un acto de obstinación que raya en el abuso.
La universidad ha cambiado, la nueva administración 2025-2029 ha planteado una ruta clara de transparencia, rendición de cuentas y transformación cultural, pero mientras la toma persista, ningún avance será visible, el llamado a entregar pacíficamente el edificio no es una imposición sino un acto de responsabilidad, la comunidad exige recuperar su espacio, no por capricho, sino porque el Edificio Histórico de Rectoría representa el corazón institucional de la UAEMéx, un símbolo de identidad que hoy permanece secuestrado.
Los universitarios no pueden seguir atrapados en un conflicto promovido por minorías que buscan protagonismo, el verdadero espíritu universitario es el del diálogo, la razón y la construcción de soluciones colectivas, no el de la intransigencia ni el de los muros cerrados, quienes mantienen el control del edificio deben escuchar el clamor de la comunidad que les pide recuperar la normalidad, el arte, la ciencia y la educación no pueden florecer entre cerrojos y consignas vacías, el tiempo de la confrontación terminó, ahora corresponde actuar con madurez y devolver a la universidad lo que es suyo.
Universidad exige respeto y madurez
La UAEMéx necesita volver a respirar libertad académica, recuperar sus espacios y reconstruir la confianza, el edificio de Rectoría debe ser transformado en el nuevo Centro Cultural Universitario, un espacio abierto al pensamiento, a la crítica constructiva y al arte, no un símbolo de división y estancamiento, la toma ya no representa una lucha estudiantil sino una obstinación que lastima a toda la comunidad, por eso la rectoría insiste en cerrar este capítulo con dignidad y responsabilidad.
La universidad no puede seguir siendo rehén de la intolerancia, las puertas de la institución deben abrirse para todos, la voluntad de casi ocho mil universitarios que participaron en la consulta es clara y contundente, quieren paz, diálogo y reconstrucción, quienes aún mantienen la toma deben asumir su responsabilidad ante la historia, porque cada día que pasa prolongan el daño, atentan contra la memoria institucional y traicionan el espíritu universitario que dicen defender, la comunidad académica exige que este viernes se concrete la entrega del edificio y se ponga fin a medio año de parálisis, solo así podrá comenzar la restauración física y moral de la máxima casa de estudios mexiquense.
La UAEMéx ha demostrado que tiene la fuerza y la madurez para superar los conflictos, pero necesita unidad y respeto a la legalidad, el llamado es firme y contundente, entregar la Rectoría no es rendirse, es devolverle a la universidad su dignidad, su historia y su futuro.
