
El fentanilo sigue siendo una de las mayores amenazas para la salud pública en Estados Unidos, y su tráfico no se detiene a pesar de los esfuerzos militares en la frontera con México.
Mike Vigil, exdirector de Operaciones Internacionales de la DEA, advirtió en una entrevista con EFE que la estrategia actual de militarización no es efectiva para frenar el ingreso de este opioide sintético al país.
Según Vigil, la mayoría del fentanilo que cruza la frontera estadounidense lo hace a través de los puntos de entrada oficiales, camuflado en vehículos que pasan por las garitas.