El presidente estadounidense Donald Trump y la recién electa primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, celebraron en Tokio un encuentro que marcaría, según ambos líderes, el inicio de una nueva etapa en la relación bilateral. En un ambiente de euforia diplomática cuidadosamente orquestado, Trump calificó a Takaichi como “una mujer fuerte y visionaria”, mientras que la mandataria japonesa destacó la importancia de fortalecer la cooperación entre ambas potencias en el terreno económico y estratégico.
El encuentro, parte de la gira asiática de Trump, fue descrito por la Casa Blanca como una jornada “clave para la estabilidad global”. El presidente, fiel a su estilo, abrió la reunión con un gesto simbólico: un apretón de manos prolongado que no tardó en convertirse en titular. “Tiene un apretón de manos muy fuerte”, bromeó ante las cámaras. Más allá del gesto, ambos dirigentes firmaron dos acuerdos con los que buscan consolidar lo que llamaron “la edad de oro” de la relación entre Estados Unidos y Japón.
