
El Papa Francisco sigue sorprendiendo a los fieles. Después de su visita no programada a Santa María la Mayor el sábado, el Pontífice cruzó la Plaza de San Pedro del Vaticano este domingo por la mañana en su silla de ruedas al final de la misa del Domingo de Ramos.
Entre aplausos y oraciones, el Pontífice saludó y bendijo a los fieles. Se detuvo varias veces para saludar a monjas y niños. A los más pequeños Francisco les regaló caramelos. Terminado el recorrido por la plaza el Papa Bergoglio subió a sus habitaciones en Santa Marta.
«Cuando veamos la multitud de hombres y mujeres que el odio y la violencia lanzan camino del Calvario, recordemos que Dios transforma este camino en lugar de redención, porque Él lo recorrió dando su vida por nosotros. ¡Cuántos cirineos llevan la cruz de Cristo! ¿Los reconocemos? ¿Vemos al Señor en sus rostros desgarrados por la guerra y la miseria? Ante la atroz injusticia del mal, llevar la cruz de Cristo nunca es en vano, es más, es la forma más concreta de compartir su amor salvador», escribió el Papa en su homilía de la misa del Domingo de Ramos, leída por el cardenal Leonardo Sandri en una plaza abarrotada de fieles.