
Estados Unidos confirmó este sábado una ofensiva aérea contra tres instalaciones nucleares estratégicas ubicadas en territorio iraní, en una acción que marca una nueva escalada en el conflicto en Medio Oriente. La operación, llevada a cabo bajo la orden del presidente Donald Trump, tuvo como objetivo las instalaciones en Fordow, Natanz y Esfahán, consideradas por Washington como elementos clave en el programa atómico de Irán.
El mandatario estadounidense informó que la misión concluyó sin bajas entre las fuerzas participantes, destacando que todos los aviones involucrados ya abandonaron el espacio aéreo iraní y están de regreso. En un mensaje difundido a través de redes sociales, Trump describió el bombardeo como un “logro militar contundente” y felicitó a las fuerzas armadas por la ejecución de la misión. La operación incluyó el despliegue de bombas de alto poder destructivo, particularmente sobre el complejo de Fordow, uno de los centros más protegidos del programa nuclear iraní.
Según fuentes militares estadounidenses, el ataque fue diseñado para neutralizar capacidades nucleares sin generar daños colaterales excesivos.