
La Administración de Donald Trump, presidente de Estados Unidos, dirigirá ahora su aparato de persecución criminal a las redes de funcionarios extranjeros corruptos que colaboran con los carteles de la droga.
La nueva estrategia fue dada a conocer esta semana por la oficina del fiscal general adjunto de EE UU, Todd Blanche. Esta nueva política contra los delitos de cuello blanco, si bien no está dirigida específicamente a México, implica que en el futuro Washington no solo persiga a los capos de la droga.