
El Papa León XIV a un mes de ser elegido como el Sucesor de Pedro, celebró la misa de Pentecostés que es la venida del Espíritu Santo, donde explica que a pesar de la tristeza de los Apóstoles que tenían miedo y tristeza por la muerte de Jesucristo, con la llegada del Espíritu Santo les ayuda a “interpretar” lo que ha sucedido y a tener una “íntima experiencia de la presencia del Resucitado”. “El Espíritu Santo vence su miedo, rompe las cadenas interiores, alivia las heridas, los unge con fortaleza y les da el valor de salir al encuentro de todos para anunciar las obras de Dios”. El Obispo de Roma añade que el Espíritu Santo abre las fronteras.