
A un año de su relanzamiento, la empresa estatal reportó un gasto de 3,558 millones de pesos hasta septiembre de 2024, frente a ingresos de apenas 243 millones. Esta disparidad evidencia que, por cada peso ingresado se gastaron aproximadamente 14.6, lo que pone en tela de juicio la sostenibilidad financiera del proyecto.
La baja capacidad operativa y la diferencia en escala frente a aerolíneas privadas destacan las dificultades inherentes a mantener una aerolínea estatal en un mercado tan competitivo como el mexicano.
Claudia Sheinbaum, presidenta de México, defendió la operación al destacar los más de 400,000 pasajeros transportados en su primer año. Sin embargo, este número palidece frente a los 29 millones movilizados por Volaris, líder del mercado.