
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) subrayó que estos hallazgos «ponen en evidencia la omisión irresponsable de autoridades gubernamentalesde los tres niveles, ante uno de los problemas más críticos que enfrenta el país: la desaparición de personas».
“Lo que ha ocurrido en Teuchitlán es una prueba de nuestra indiferencia social provocada por el miedo de cuidar al hermano que se encuentra solo y desamparado. No podemos permitir campos de exterminio en ningún lugar del mundo, porque son frutos de negligencias y complicidades sociales”, advierte monseñor Javier Acero Pérez, arzobispo auxiliar de la Arquidiócesis de México.