
El 78.2 por ciento de los contratos a empresas fantasma en el sexenio pasado se entregaron mediante procedimientos de excepción, una proporción casi igual que con Peña Nieto y mayor que con Calderón.
La figura de empresas fantasma no solo la usan los contribuyentes para pagar menos impuestos, sino que también dependencias de gobierno, pero para el desvío de recursos públicos, o sea, «robarse el dinero”, expone Denise Tron, de Justicia Justa.