En un evento sin precedentes desde la reforma anglicana, el papa León XIV y el rey Carlos III de Reino Unido participaron en una ceremonia conjunta de oración en la Capilla Sixtina, marcando un hito histórico tras casi 500 años de distancia religiosa y política. La última vez que un monarca británico y un pontífice compartieron un acto de culto fue en 1534, cuando Enrique VIII rompió con Roma tras la negativa del papa Clemente VII a anular su matrimonio con Catalina de Aragón. Aquella ruptura dio origen a la Iglesia de Inglaterra, con el rey británico autoproclamándose jefe supremo.
La celebración comenzó con el canto del himno de san Ambrosio de Milán en latín, recibido por Carlos III y la reina Camila con la traducción al inglés de san John Henry Newman, un anglicano que se convirtió al catolicismo y que será declarado Doctor de la Iglesia el próximo 1 de noviembre. Este gesto inicial simbolizó la unión entre tradición y reconciliación, conectando siglos de historia religiosa con un presente de diálogo.
