
La población de esta ciudad juchiteca despertó con las calles semivacías, un cielo gris que reflejó un entorno de inquietud, y con muchos locales comerciales cerrados ante el temor por el posible regreso de la escalada de violencia que estalló el lunes 16 de junio.
Aunado a la suspensión de clases en cinco municipios istmeños, dos líneas camioneras mantuvieron hoy suspendidas sus corridas, ante el temor de que sean víctimas de atentados.
El secretario de Gobierno de Oaxaca, Jesús Romero, aseguró que, ante esa escalada de violencia, el pueblo juchiteco no está solo; tiene el respaldo del gobernador Salomón Jara Cruz, y de la Defensa Nacional, la Marina y la Guardia Nacional.